Las alfombras vinílicas son muy fáciles de limpiar con un paño húmedo, bayeta o una fregona y productos de limpieza neutros. Además, como el grosor de nuestras alfombras es de 2,7 mm, posibilita el acceso a los robots de limpieza sin ningún tipo de problema. Es importante:
  • No utilizar productos ácidos ni abrasivos.
  • No dejar encima objetos punzantes.
  • Guardar enrolladas o sobre una superfície plana. No doblar.